– Aquí la nave Corelliana OC-2013, solicito permiso para descargar, material pesado y delicado, repito solicito permiso para descargar.
– Aquí control portuario del hangar comercial 008 del nivel1313, nave OC-2013: detalle el contenido de su carga. Repito: detalle el contenido de la carga.
Están bastante exigentes por aquí últimamente… Pero bueno como tarde o temprano van a averiguar qué es lo que llevo esta la bodega del carguero, no nos vamos a ponernos tiquismiquis.
El caso es que desde hace bastante tiempo llevo con una idea en la cabeza al respecto del fenómeno “blogger” del cual ahora formo parte. Mis blogs favoritos siempre han sido los relacionados con el universo de la fantasía y la ciencia ficción de cualquier tipo y plasmados medio: libros, cine, videojuegos, juegos de mesa, mechandaising, comics etc. El caso es que podríamos dividir estos sitios web entre los blogs de noticias y los que se decantan más por el análisis o la reseña de los diferentes productos de entreteminiento. A este fenómeno “blog” se le han unido otros dos con no menos repercusión: Youtube y sus millonarios (o aspirantes a ello) Youtubers y los Podcast, esos programas de radio grabados en estudios más o menos profesionales y lanzados a la red de redes esperando a que alguien los descargue y los escuche en cualquier momento del día. Este mundo del “Podcasting” al menos en España que yo sepa, aún no está generando tantos millonarios como youtube, pero sí está revitalizando ese medio que hasta no hace mucho parecía abocado al ostracismo como es la radio. Y yo me alegro por ello.
Resumiendo, en el mundillo del análisis e informacion de todo esto que conocemos como frikismo, subcultura o neoentretenimiento tenemos 3 fuertes bloques: los Blogs (o webs), Youtube y los Podcast. En cada uno de estos tres sectores, tenemos cantidades ingentes de personas humanas (que sepamos no hay ningún extraterrestre entre ellos, pero todos tenemos en mente alguno que bien podrían serlo) exponiendo, analizando y juzgando bajo el lema “es mi opinión y digo lo que quiero”, algo totalmente legítimo y a lo cual yo me agarro para escribir estas líneas.
Pero hoy no voy a entrar ni mucho menos a debatir si esto es más o menos lícito, lo que quiero es intentar dar otro punto de vista acerca de este tema o del espíritu que veo en las personas que están detrás de estos tres pilares.
Espíritu? Si, así es. El espíritu.
Voy a poner un ejemplo reciente. Yo como muchísimos de vosotros, en los últimos meses he leído, visto y escuchado montones de artículos, videos o podcast acerca de Star Wars ep. VII. No voy a entrar a valorar personalmente la película, ni voy a valorar las valoraciones que he visto de la película (eso sería una metavaloración. BOOM), lo que sí quiero analizar es el espíritu, el ánimo de los escritores, actores y contertulios cuando les hablan de ella a las masas:
Como fan de la saga y el universo expandido (antiguo y nuevo) de Star Wars, y como he dicho antes, desde hace varios meses sigo fielmente blogs, canales de youtube y podcast especializados en el tema, he leído, visto y escuchado análisis pormenorizados de cada tráiler, frame, sonido, imagen o rumor. He leído, visto y escuchado cantidad de teorías, hipótesis, deseos y predicciones con una energía, ilusión y expectativas apabullantes, gente que de verdad estaba emocionada con la fecha de estreno y con todo lo que se movía a su alrededor. Leía, veía y escuchaba alegría a raudales.
Pero luego, tras el estreno de la película, el espíritu que capté de todos estos escritores, actores y oradores amateur-profesionalizados (amateur en recursos y profesionalizados por el dominio admirable y apabullante del tema) era de pseudo-decepción, de no haber quedados satisfechos, de no haber quedado saciados… en definitiva de no haber disfrutado al 100%. Como sí lo hice yo.
¿Cuál es el problema entonces? Porque yo, fan acérrimo de la saga y de todo lo que la rodea, y además fan acérrimo de todos estos “sitios” alojados en internet, fan de todas aquellas personas que los hacen posibles y que son fuente de inspiración y modelo para mí a día de hoy, noto que he quedado mucho más satisfecho que todos ellos. ¿Por qué?
¿El problema son las expectativas? ¿El tan nombrado hype? ¿Es el hype el que nos eleva a una altura tal de la cual luego nos es imposible amortiguar la caída?
¿Para ser un medio especializado, tienes que saber encontrar las carencias del producto? ¿Tienes que encontrar más fallos de producción que los demás?
¿O es que el real fan, el old fan o el new fan sólo está contento al 100% si el producto es exactamente como el esperaba?
No es una crítica negativa, ni constructiva (ojala llegase a ser esto último), pero en los últimos años no paro de leer, ver y oír criticas de productos brutalmente buenos, con unos valores de producción altísimos y una manufactura exquisita. En las cuales el número de líneas o minutos que se emplean para remarcar sus fallos es mucho mayor que el que se usa para ensalzar sus virtudes, de manera que cuando se llega a las conclusiones finales se nos habla de un magnifico producto, que seguramente pase a la historia o se convierta en un clásico atemporal. Pero todo esto llega en un ambiente enrarecido en el que a mí como devorador de mundos líneas, frames por segundo y bits de sonido me dejan con un espíritu… raro.
A mí me gusta el cine, los videojuegos, los comics, los libros, la ilustración, la música… me gusta el arte (porque todo esto es fruto de artistas) pero no entiendo de arte, DISFRUTO con el arte.
Analizo sí. Juzgo, también.
Pero en mi Ley solo hay un artículo:
“Abarca mucho. Puede que aprietes poco. ¡Pero disfruta al máximo de todo ello!”
Yo durante gran parte de mi vida he querido ser el que más “entendía” de algo, para ser experto, para ser, para ser, para ser… Pero hoy disfruto de muchísimas obras artísticas que se hicieron para eso, para disfrutar de ellas.
Ya eres un blogger con cientos de visitas al día, o eres un youtuber avalado por una turba de suscriptores, o eres un podcaster que has coronado la cima de iTunes e iVoox… siéntate en tu cima, te la has ganado, de verdad. Pero mira hacia abajo, contempla la maravilla de la creación y disfruta de ella, pero no permitas que esas nubes que ves emborronen tu experiencia, porque al fin y al cabo se trata de eso, de disfrutar de la experiencia.